Un cliente quería un pequeño gancho de pared para colgar objetos en una cocina. Eligió un filamento PLA, atraído por su aspecto limpio. Pero pocos días después de la instalación, el gancho se deformó y se rompió.
¿Por qué?
Porque el PLA, aunque rígido, no soporta ni cargas importantes ni el calor ambiental de una cocina.
La elección correcta habría sido un filamento PETG o un polímero reforzado, capaz de resistir el calor y las tensiones mecánicas.
En las fotos siguientes, la pieza de PLA a la izquierda muestra deformaciones debidas al calor, mientras que la de PETG a la derecha se ha mantenido intacta en las mismas condiciones.